La crispación está en la calle y las paredes son testigos. Fachadas, vallas, garajes, puertas... Las pintadas de crítica y denuncia social han proliferado en Cáceres convirtiendo la ciudad en un gran mural de la reivindicación. Se pide pan, se pide trabajo, se piden viviendas, se piden derechos, se pide dignidad...
Todo ello de norte a sur, en el centro y en los barrios. "El grafiti es un modo de comunicación entre autor y transeúnte, al alcance de cualquier mirada, sin tíquet ni horario", explica la antropóloga cacereña Esther Masa, especialista en este ámbito. Y efectivamente esa forma gratuita de protesta parece calar más hace meses, pero al mismo tiempo emborrona la ciudad atentando contra el patrimonio público y privado.
Las pintadas improvisadas con sprays negros o de color, realizadas generalmente con trazos rápidos, a modo de frases o párrafos lapidarios, nada tienen que ver en realidad con el grafiti artístico cuidado hasta el extremo. Numerosos edificios aparecen ahora decorados con estas leyendas que expresan el malestar social.
La clase gobernante se lleva la peor parte. 'De cada dos políticos sobran tres' , expresa un muro próximo a la plaza de toros. 'Los artistas mienten para decir la verdad, mientras que los políticos mienten para ocultarla' , reza una fachada de Gabino Muriel. 'La lucha está en la calle, no en las urnas' , dice otro escrito en Reyes Huertas.
Fuente y Seguir Leyendo: El Periódico de Extremadura (Lola Luceño).
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