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La mayoría de los espacios naturales protegidos españoles tiene una gran cantidad de valores vinculados al patrimonio inmaterial, ya sean de tipo histórico, lingüístico, artístico, estético, social (sistemas de gobernanza, oficios y conocimientos tradicionales…), religioso o espiritual, entre otros. 

Estos valores suponen una riqueza añadida al patrimonio natural que tienen por misión proteger estos espacios, y a los valores del patrimonio cultural tangible (arquitectónico, arqueológico, etcétera) que con frecuencia concurren en ellos.

Lejos de ser marginales, los valores del patrimonio inmaterial son los que suelen configurar los vínculos identitarios, simbólicos y de pertenencia que conforman el arraigo o la querencia que une una determinada sociedad, especialmente la población local, con los espacios naturales. 

No obstante, en las últimas décadas los criterios de planificación y de gestión de la mayoría de los espacios naturales protegidos españoles han priorizado los aspectos tangibles y científico-técnicos del patrimonio natural, mientras que sus dimensiones inmateriales se han ignorado o minusvalorado, desaprovechando su enorme potencial. Y esto ha ocurrido incluso en casos en los que los valores del patrimonio inmaterial fueron importantes o decisivos para la designación del espacio protegido.

Para ayudar a subsanar esta situación de ignorancia o menoscabo de los valores del patrimonio inmaterial en la planificación de nuestras áreas protegidas, el Programa de trabajo para las áreas protegidas del Estado español 2009-2013 impulsado por EUROPARC-España incluyó, dentro del Eje IV de “Apoyo social a través de la demostración a la sociedad de los beneficios y servicios de las áreas protegidas”, una línea de trabajo dedicada a los valores culturales y espirituales de las áreas protegidas. 

En dicha línea se señala que “El reconocimiento de los valores inmateriales, espirituales y culturales vinculados a los espacios naturales protegidos, y la necesidad de su incorporación en la planificación, gestión y promoción de los mismos, se ha ido consolidando gradualmente desde el Congreso Mundial de Parques de 2003, hasta incorporarse en diversos programas de actuación y estrategias de la UICN, del Convenio de Diversidad Biológica, y de la propia  Federación EUROPARC” y se reconoce que “En España aún es muy incipiente el 
reconocimiento explícito de estos valores”.

La acción más importante de esta línea de trabajo consiste en la elaboración de unas “Directrices para la incorporación de los valores inmateriales en los documentos de planificación y en la gestión”, que finalmente han quedado integradas en esta nueva entrega de la serie manuales de EUROPARC-España. 

El propósito que ha motivado la elaboración de este manual es animar y orientar a los planificadores y gestores de los espacios naturales protegidos del Estado español a integrar los valores propios del patrimonio inmaterial del área protegida en todas sus fases de desarrollo, desde la declaración hasta la evaluación, pasando por la planificación y todos los aspectos de gestión, con el fin de aumentar las oportunidades y el apoyo social para la conservación del patrimonio integral que protegen y mejorar así su efectividad.

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