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Etnología, etnografía y antropología son tres nombres que se entremezclan y confunden. La etnografía es el procedimiento de la disciplina que ha experimentado menos variaciones en el contenido de su definición. Se ha concebido, prácticamente, de la misma manera desde el principio, como la primera etapa de la investigación, es decir, el trabajo de campo, la observación y la descripción. La monografía constituye el prototipo de estudio etnográfico.


La etnología, como prolongación de la etnografía, representa el primer paso para la síntesis de la investigación. En un sentido amplio, la etnografía, cubre el aspecto teórico de la antropología. Trata de explicar cómo difieren o se asemejan las culturas aportando hipótesis de las regularidades culturales observadas a través de la comparación y la generalización. Estas explicaciones son empleadas para formular nuevas hipótesis de investigación. Pero la etnología no es sólo el estudio comparado de un conjunto de etnografías, ni unas conclusiones de un compendio de conocimientos. Es una actitud reflexiva y crítica, gracias a la cual, va proponiendo nuevas fórmulas más adecuadas para explicar. 


De hecho, en la evolución que ha experimentado la etnología ha tratado de minimizar el sesgo etnocéntrico que presentan los modelos comparativos de explicación. Por tanto, la etnología y su proceso comparativo no es únicamente una constatación de diversidades o de semejanzas, sino mas bien un planteamiento de cómo mirar para poder describir lo observado. Entendida de esta manera, la etnología es una parte crucial del conocimiento antropológico, hasta el punto que a veces se equiparan el procedimiento antropológico y el de la comparación.


La escuela anglosajona abandonó el término etnología por la vinculación que veían en este concepto con las teorías evolucionistas y el excesivo enfoque historicista y especulativo acerca de la reconstrucción del pasado. La etnología concebida por esta escuela como una ciencia histórica nos dice que cosas han ocurrido o pudieron ocurrir pero no dice cómo y por qué ocurrieron. Esta escuela, con Radliffe-Brown como principal representante, propone en cambio, el estudio inductivo de los hechos culturales. 


Según esta corriente, todos los fenómenos están sujetos a leyes naturales y,

por tanto, es posible descubrirlas y demostrar unas leyes generales. La esencia de la inducción es la generalización, mediante la cual, un hecho particular es el ejemplo de una regla general. Este estudio inductivo de los fenómenos culturales es lo que denominan antropología. En definitiva, la acepción de etnología corresponde a la denominación de antropología social y cultural de los anglosajones.

Antropología Social y Cultural. La calificación de social para denominar a la antropología fue adoptada por los británicos, mientras que la escuela americana prefirió denominarla antropología cultural. La antropología social, vinculada a la escuela estructural-funcionalista, se centra en el estudio de la organización social y de las instituciones.

Plantea que todos los aspectos (el político, económico, religioso, etc.) no se pueden estudiar por separado; de manera que se interesa por los roles sociales dentro del grupo, por las relaciones sociales y como éstas contribuyen al mantenimiento de la estructura social. La antropología cultural, protagonizada por Boas, creador de la antropología norteamericana, siguió una serie de corrientes como el materialismo cultural, la ecología cultural etc. Sus seguidores no se interesan por las formas de interacción social, sino en las creencias, valores y técnicas que garantizan la continuidad de las relaciones. La antropología cultural se centra más en la transmisión cultural y busca una percepción más dinámica. En definitiva, ambas corrientes de la antropología tienen intereses complementarios sobre distintas facetas de la actividad humana. 

Así una familia, por ejemplo, puede ser estudiada o analizada como una  estructura, un conjunto de roles, (punto de vista social organizativo) o desde los valores y las tradiciones que explican cómo se desarrollan los distintos roles de la sociedad en conjunto. Ambos puntos de vista deben ser tomados en cuenta para una comprensión holística de la sociedad.


Cuando se emplea el término de antropología (social o cultural) es para referirse a la última etapa del procedimiento de investigación, a la síntesis y conclusiones de la etnografía y etnología. De manera que los tres conceptos son, en realidad, tres etapas de una misma investigación y nunca se pueden excluir. En la actualidad, por la influencia anglosajona, parece haber un acuerdo en que el término antropología social y cultural es el que mejor caracteriza los tres momentos de la investigación. No obstante, la acepción de etnología continúa empleándose en la terminología administrativa de la disciplina en la enseñanza universitaria. Hay que señalar, por otra parte, que se tarta más bien de una delimitación analítica, pues en la práctica no es tan estricta y en todas las fases de la investigación se realiza algo de las otras fases.


Participantes: 
  • Francisco Cruces Villalobos, profesor de Antropología Social (UNED).
  • Nuria Fernández Moreno, profesora de Antropología (UNED).
  • Waltrand Müllauer Seichter, profesora de Historia de la Antropología (UNED).
  • Honorio Velasco Maíllo, Catedrático de Antropología Cognitiva y Simbólica (UNED).
Más Información: Departamento de Antropología.

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