La II Guerra Mundial marcaría un punto de inflexión entre dos maneras de concebir el mundo. La exaltación del poder como fin en sí mismo y el odio racial construido para legitimar al más débil, darían paso al reconocimiento de un principio universal de respeto a la igualdad de todos los seres humanos.
Intelectuales del momento, vinculados a la sociología francesa y a corrientes teóricas marxistas, van a prestar especial atención al proceso descolonizador, a sus causas y consecuencias, esta vez entretejidas en la dialéctica del tiempo y ya no condicionadas, como se creía, por un determinismo cultural incontestable.
Fernando Monge, Profesor de Antropología de la UNED;
Elena Hernández, Profesora de Antropología de la UNED;
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