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Jesús Contreras Hernández es catedrático de Antropología Social de la Universidad de Barcelona y Director del Observatorio de la Alimentación (ODELA). Especialista en antropología económica y antropología de la alimentación, sus investigaciones más recientes giran en torno a comportamientos del consumo y comportamientos alimentarios, analizando las relaciones entre la evolución de las formas de vida y los cambios alimentarios. Entre sus numerosas publicaciones cabe destacar Alimentación y cultura: necesidades, gustos y costumbres (compilador, 1995), Los aspectos culturales en el consumo de carne (2001), La obesidad: una perspectiva sociocultural (2002) y Alimentación y cultura. Perspectivas antropológicas (2005, junto a la Dra. Mabel Gracia).

"¡Si nos quitan lo que es nuestro, que devuelvan lo que no es suyo",

por Jesús Contreras Hernández

Se acaban de conocer una serie de gotas que han caído en un vaso ya desparramado: aumento del IVA, supresión de la paga extra de Navidad para los funcionarios, una nueva reducción en las prestaciones de desempleo, reforma de las pensiones... Estas medidas se añaden a las que ya se han ido adoptando desde el anterior gobierno de Rodríguez Zapatero como, por ejemplo, la reducción del 5% en el salario de los funcionarios y la congelación del mismo, y los múltiples recortes impuestos por el propio gobierno central y por la mayoría de gobiernos autonómicos en servicios básicos como la sanidad y la educación, entre otros, además de otras reducciones en los salarios. Todas estas medidas han afectado, sobre todo, por no decir exclusivamente, a los asalariados. Conviene recordar que el salario medio en España es de 1.600 euros brutos mensuales, aunque el salario más frecuente es de 1.120 euros brutos. Por lo que refiere a la cuantía de las pensiones... 2.522 euros brutos mensuales, la máxima; 547, la mínima. Estas cuantías son las que ya han sido congeladas y/o rebajadas y que, ahora, nos anuncian que van a seguir rebajando. Hasta hoy, yo había estado convencido que las pensiones eran un derecho que adquiríamos los ciudadanos como consecuencia de nuestro trabajo y de nuestras cotizaciones a la Seguridad Social, un trabajo, por otra parte, que en términos generales ha sido supervisado y ha resultado aceptable en términos de los objetivos establecidos para cada caso. En fin, los salarios, estos salarios de 1.120 euros brutos mensuales o e 1.600, y las pensiones, sean de 547 euros brutos mensuales o de 2.522, no son, precisamente, ninguna cifra astronómica ni mucho menos y no vamos a compararlos ¡faltaría más! con las cifras correspondientes a Alemania o Francia, por ejemplo. Basta referirlas a los precios medios de una vivienda, sea de alquiler o de compra, con el precio de la cesta de la compra, con el precio del transporte público, con el precio de la gasolina o del gas-oil, etc., etc. En definitiva, las clases populares (las medias incluidas) no sólo cobran menos que antes sino que, además, van a pagar muchos más impuestos que antes y van a tener muchas menos prestaciones por los impuestos que pagan que antes. En fin ¡Cornudos y apaleados!


Pero, por otro lado, a veces, nos enteramos por los medios de comunicación, de los sueldos de alcaldes, de concejales, de parlamentarios autonómicos o estatales, de ejecutivos de empresas, públicas o privadas, de bancos, de cajas, etc. Compararlos con los que acabamos de citar resultaría inmoral y no digamos ya de algunas de las pensiones de jubilación que han recibido algunos ejecutivos. Según la prensa, pensiones-indemnización de hasta 60 millones de euros, compatibles, además, con un lustrosísimo sueldo. Ocurre, sin embrago, que estos elevadísimos sueldos y estas supermillonarias pensiones o “indemnizaciones” no son el premio a un trabajo bien hecho, a unos objetivos cumplidos sino, curiosamente, por todo lo contrario: por haber hundido la economía de un municipio o por hundir bancos y cajas de ahorro hasta tal punto que ahora necesitan un “rescate”, en el caso de Bankia, por ejemplo, según dicen, de 20.000 millones de euros.


O sea, que los trabajadores y trabajadoras que perciben un sueldo más bien precario por un trabajo satisfactoriamente realizado tienen que contribuir a rescatar unos bancos y unas empresas dirigidas por unos ejecutivos que perciben sueldos millonarios e indemnizaciones supermillonarias pese a no haber logrado los objetivos e, incluso, provocado su hundimiento ¡Castigos para los que cumplen, premios para los inútiles! Este es el panorama. ¿La crisis? No creo, ni mucho menos que haya sido provocada por los altísimos salarios percibidos por trabajadoras y trabajadores ni por funcionarios y funcionarias pero sí que para salir de la crisis parece que la única respuesta posible sea rebajar todavía más esos salarios, grabarlos con más impuestos y recortar los servicios públicos. Alguien –desgraciadamente no recuerdo quién- ha llegado a decir, al parecer sin sentir vergüenza alguna, que los sueldos deberían seguir bajando durante diez años.


Si ese es el panorama ¿por qué no exigir a los que no se han ganado –habida cuenta de su fracaso- sus millonarios salarios y sus millonarias pensiones que los devuelvan íntegramente? Siempre me han escandalizado los sueldos de algunos futbolistas profesionales pero debe reconocerse que se les pagan por meter goles y, más o menos, los meten ¿Por qué se pagan sueldos millonarios a determinados ejecutivos? ¿Han marcado los goles de deberían haber marcado? No, en absoluto; o, quizás sí, pero en propia meta, hundiéndola.


¿Y qué decir de los beneficios millonarios de algunos pseudo-empresarios, de las comisiones ilícitas, y de la evasión de capitales a los paraísos fiscales? ¿Alguna medida para recuperarlos? ¿Y qué hacer con las construcciones faraónicas e inútiles realizadas sólo por la gestión de las comisiones correspondientes y elevando el déficit del erario publico? ¿Alguna pena para sus protagonistas? ¿Y qué hacer con los cientos de miles de viviendas vacías construidas bajo el estímulo de la especulación más irracional y burbujera? Por lo menos podrían expropiarse y alquilarse a las parejas que no pueden pagar una vivienda con sus mermados salarios…


En fin, todas las medidas del gobierno van encaminadas a continuar e incrementar la “expropiación” sobre los asalariados; ninguna para recuperar las indebidas “apropiaciones” llevadas a cabo por gestores, políticos, ejecutivos, empresarios corruptos, defraudadores y evasores… ¡Es inmoral! ¡Es injusto! ¡Es ineficiente! Es más, creo, se trata de una verdadera apología de la violencia y, ya se sabe ¡quien siembra viento recoge tempestades! ¿Alguien se atreve a evaluar los costos económicos y sociales del tsunami que se nos avecina? 


Jesús Contreras. Antropólogo 

Otras Investigaciones y Textos:
- "Alimentación, consumo y salud", con participación de Jesús Contreras.
- Entrevista acerca de libro "¿Somos lo que comemos?".


La Asociación Profesional Extremeña de Antropología comparte punto por punto lo expuesto por el Catedrático en Antropología Social D.Jesús Contreras. Nos adherimos y firmamos nuestro apoyo a este texto. Si alguien más de la comunidad antropológica quisiese sumarse, basta con enviar un correo electrónico a APEA con sus datos personales o profesionales.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Y es que has expresado lo que mi ánimo lleva tiempo rumiando... y seguro que también muchas personas más. Si un profesional, por ejemplo, un sanitario, ocasiona un daño o una muerte por omisión, mala praxis o por accidente tiene que enfrentarse a repercusiones legales, colegiales etc. Lo mismo sucede con otras muchas profesiones... Cuando alguien vende un producto, este debe tener unas garantías y responder cuando éstas no se cumplen... ¿Por qué hay tanta impunidad y tanto descontrol entre la clase política, la de los banqueros y otras élites dominantes? ¿Acaso no son los responsables del gran daño que han causado?¿Qué magnitud tendría el daño total que han provocado, si en lugar de los fríos datos estadísticos, que a menudo sirven para enmascarar la gravedad del daño y diluir las responsabilidades, pasásemos a describir y sumar cada una de las realidades particulares de los miembros de esta sociedad afectados por su mala praxis o sus delitos? ¿Como contabilizaría la ley en una pena todos esos daños morales, económicos, de integridad fisica, etc. particulares aunados? ¿Que magnitud tendría si se pudiesen describir y acumular caso a caso, persona a persona, familia a familia los males ocasionados por las acciones u omisiones irresponsables o delictivas de estos tipos? Si se pudiera descender a tierra y hacer un megaestudio "cualitativo" de todas las consecuencias de los actos de estos dirigentes, creo que si se les aplicase el código penal merecerían con creces cadena perpetua. Y es que quieren cobrarse los beneficios del mando sin apechugar con las obligaciones que acarrea el mismo ni responder ante las repercusiones de su malas acciones o incluso delitos. Alguien debería controlar a los que controlan...y no limitarnos a quejarnos, resignarnos y pasar por el aro. ¡Que todo esta mal ya lo sabemos! Es hora de que la sociedad civil, los ciudadanos, nos organicemos y con más contundencia que esas pueriles reuniones de acampada en las plazas de nuestros municipios... Hay muchos ciudadanos (colegios profesionales, miembros de las universidades, organizaciones de barrios, ONGs etc... que tienen capacidad de organización y de respuesta y pueden ser puntos de partida para la acción. Ya basta de impunidad y de que nos chuleen. Si han robado lo que ES NUESTRO (que no "de nadie", como dijo un político) que devuelvan lo que NO ES SUYO. Si han robado dinero que lo devuelvan y si no pueden que trabajen para la sociedad a la que robaron recibiendo solo alojamiento y alimento (que ya es mucho) hasta que salden la deuda aunque les lleve la vida que les quede en ello. Si yo voy a comer a un bar por el morro, al final o pago la cuenta, o voy a prisión, o me quedo fregando platos hasta que pague la cena... pues así debería ser con todos estos que han contraído tan magna deuda con la sociedad española y que la han endeudado hasta asfixiarla. ¿A que aguantar a tantos reyes "Sol" que para mantener su versallesco nivel de vida, asfixiaban a impuestos y condenaban al hambre al pueblo?

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